Desde la aparición de la
editorial Laramie en 2022, los aficionados al wéstern estamos de enhorabuena.
Tras la publicación de un par de álbumes de Tex, editar Welcome to Springville
y Loco Sexton, le toca el turno a El gran botín, de Antony Johnston y Eduardo Barreto.
Un título publicado originalmente en 2005 por Oni Press, que nos sumerge en un wéstern que bebe de algunas fuentes clásicas del género. Inspirándose en la saga
de la Trilogía del dólar u Ocean's Eleven, en el que el robo de una importante
cantidad de dinero, será clave en la trama.
La historia se sitúa en el año 1871, en pleno Chicago en la figura de un ex ladrón de bancos, Cody Plummer. Un tipo que pasó siete años en la sombra por este tipo de actividades ilícitas en la prisión de Sugarhouse, y que parece estar reformado, hasta que de nuevo el dinero llama a su puerta. Durante una fiesta, Cody conocerá al dueño de la Unión Pacific, el Sr. Everett Shaw, el cual está un poco bebido, al que le acompaña la joven Betsy MacKintosh; presentándosela sin saber que él ya la conoce. Siendo interrumpido por el agente Bob Harding, de la Pinkerton: un tipo duro que no se cortara en poner en evidencia a Cody por su pasado. Poco después vemos como el Sr. Shaw comparte en el bar un trago con Cody, comentándole que será el propio Harding el que lleve el último tren del dinero federal hasta San Francisco, para luego jubilarse.
Cody piensa aguarle la fiesta a Harding y hacerse con los 1,9 millones de dólares, para lo que reuniría un equipo muy solvente, para llevar a cabo un plan infalible y completar así su propósito. Para ello reclutará a la propia Betsy MacKintosh (una ladrona y antigua amante), a David Horowitz, un asesor financiero, al jugador de póker George Wendell, así como a un preso habilidoso, el español Luis Cavaños. Completando el equipo un conductor de trenes, Virgil Smith, y un invitado sorpresa. Una vez reunidos todos, Cody les explicaría el plan para hacerse con el dinero, en el que ningún pasajero del tren saldrá herido. El dinero está en una caja fuerte blindada, protegida por catorce hombres armados, y un tren que no puede parar. La partida ha comenzado.
El gran botín nos plantea una historia que va de menos a más, en el que Antony Johnston juega con los personajes, para crear un clímax final, que llevará al lector a simpatizar con el robo perpetrado. En el que cada uno de los personajes recibe su merecido, sea bueno o malo. En un final un tanto premonitorio, en el que vemos el futuro de Cody y un anhelado deseo. Al lado de Johnston, tenemos al gran Eduardo Barreto, el cual realiza un fantástico trabajo gráfico, en el que las emociones de los protagonistas, se ven fielmente reflejados en los rostros que Barreto interpreta con su lápiz, además de una buena composición de página.
El tomo lo completa una entrevista a Antony Johnston, donde habla de la obra y su relación con Barreto (lamentablemente falleció en 2011), algunas páginas extras de muestras y un extenso cuaderno de bocetos de los personajes. Todo ello conforma, una edición muy cuidada por parte de la madrileña editorial Laramie.
Si aún no has leído El gran botín, ahora es un buen momento para leer un buen wéstern, con momentos realmente sorprendentes. Un tebeo de lo más entretenido, que no debes perderte por nada del mundo.
El gran botín
Guion de Antony Johnston
Dibujos de Eduardo Barreto
Rústica con solapas, 192 páginas, 17 x 24 cm, b/n
Traducción de Lorenzo F. Díaz
PVP: 18,95€