
Si hay un autor que ha traspasado fronteras con su arte y
sus cómics, no es otro que Alfonso Font (1946, Barcelona). Un autor que inició
su carrera profesional en los años sesenta, en aquellas agencias y editoriales
que necesitan de tantos dibujantes y guionistas como fuera posible, debido a la
gran demanda de publicaciones de aquella época. Una carrera plagada de buenos
tebeos, en sus inicios con guionistas, y más tarde, en solitario como autor
completo. Entre ellos, títulos como Los robinsones de la tierra (con guion de Roger
Lécureux), Tequila Bang (con guion de Víctor Mora) en los setenta, y ya en
1979, daría inició una de sus obra más reconocidas por los lectores, Historias
negras. A la que le seguirían ya en los ochenta, Cuentos de un futuro
imperfecto, Clarke & Kubrick, Carmen Bond, Taxi, o Jon Rohner.
La epopeya de Chile. La tierra de la quimera
En Los años noventa volvería a colaborar entre otros, con
Sánchez Abulí en La epopeya de Chile (renombrada ahora, como La flor del nuevo
mundo), Privado o Bri D’alban, para la revista Cimoc. Una década que también
supondría su inicio de colaboración en personajes como Tex (con guiones de
Mauro Boselli) y Dylan Dog (con Giovanni
Gualdoni). Actualmente está trabajando en una nueva serie, Aloma, para SAFCómics, que consta de tres álbumes hasta la fecha.
Aloma, primer y segundo volumen
Ante la inminente reedición de Clarke & Kubrick en
nuestro país por ECC Cómics, me puse al habla con el maestro Font para hablar y
comentar su carrera dentro del noveno arte.
La primera pregunta
obligada
JM- ¿Cómo recuerda sus primeras lecturas? ¿Con qué autores
disfrutaba más?
AF- No sé si os referís a libros o tebeos. De estos
leía lo que había para niños y jóvenes en los kioscos, el TBO, Pulgarcito,
Capitán Trueno, posteriormente Corriere dei Piccoli y Corriere dei Ragazzi,
después llegaron los personajes americanos como El Hombre Enmascarado, Flash
Gordon, Rip Kirby, Juliet Jones, Johnny Hazard o Terry y los Piratas, etc.
En cuanto a libros, leía todo lo que caía en mis manos:
Verne, Salgari, Stevenson, Conrad, y hasta un curioso ejemplar de mi padre de El
Quijote de Avellaneda… Luego llegaron Pérez Galdós, Machado, Lorca, Miguel
Hernández, Valle-Inclán (su Tirano Banderas debería ser de lectura
obligatoria), y hasta hoy con escritoras como Almudena Grandes, Dolores
Redondo, Donna Tartt, y seguiré mientras la graduación de mis gafas me lo
permita.
JM- En los años sesenta y setenta trabajó en agencias como
Selecciones Ilustradas y Bardon Art, ¿qué cree que le aportó este trabajo como
profesional? ¿De qué fuentes bebió en sus inicios?
AF- Naturalmente el necesario aprendizaje en la profesión,
tomar contacto con otros jóvenes profesionales, cambiar opiniones, progresar
poco a poco. Y trabajar mucho y mal pagado la mayoría de las veces. Descubrir
la existencia de grandes ilustradores y aprender de ellos tanto como pude.
Sunday de Friday Foster. 27/6/1971
JM- A comienzos de los setenta colaboró en Friday Foster, de
Jim Lawrence y Jordi Longarón, ¿cómo fue la experiencia y cómo la recuerda?
AF- Yo sentía una enorme admiración por el trabajo de Jordi
Longarón, él tenía mucho trabajo con Friday Foster y fue Jordi Macabich quien
propuso que yo ayudase a Longarón… Pobre Longarón, creo que con mi ayuda acabó
teniendo doble trabajo, el que hacía él, y la necesidad de corregir el mío.
JM- A finales de los setenta inicia su etapa en solitario,
¿qué motivó dicha decisión y cómo fue el proceso? ¿En qué se inspiró para
contar sus propias historias?
AF- Hasta ese momento yo había trabajado siempre con guionistas,
pero la necesidad de dibujar mis propios guiones fue cobrando fuerza. Al menos,
si tenía que cabrearme con el guionista, sería conmigo mismo, que es más
llevadero y menos violento.
JM- Su trazo es de un estilo muy reconocible, detallado, y
con una composición de página muy estilizada, ¿cómo definiría su trazo, su
dibujo? ¿Cuáles son los puntos fuertes de su estilo?
AF- ¿Cómo definiría mi trazo? ¿Mis puntos fuertes?... Pues no
sé cómo definirlos. Una especie de insatisfacción eterna con mi trabajo podría
ser la definición. Mi viejo profesor de dibujo me dijo una vez,
ante mis quejas por mi propia incapacidad: “Señor
Font, el día que usted quede plenamente satisfecho con su trabajo querrá decir
que habrá llegado al máximo de lo que es usted capaz de dar, y ya no mejorará
más”. Con esa frase reveladora me sentenció al tormento eterno, y también
al amor por lo que hago, dibujar.
Cimoc 38
JM- En los ochenta se puede decir que fue una gran época
para publicar en las revistas. Autores como Carlos Giménez, Jordi Bernet, José
Ortiz, José María Beá, Víctor de la Fuente; Esteban Maroto, Luis Bermejo, Jesús
Blasco o Alfonso Azpiri (entre otros), hicieron cientos de páginas para toda
una generación de lectores. ¿Cómo recuerda aquella etapa? ¿Qué destacaría de
ella?
AF- Fue una época espléndida. Luchamos por recuperar los
originales, por cobrar royalties cuando los trabajos se reeditaban, y
dignificar la profesión. El problema fue que, como había un público cada vez
mayor, aparecieron decenas de pequeños editores que compraban el material más
barato que encontraban y llenaron los kioscos de auténtica basura. Eso llevó al
desastre aquel despertar esperanzador.
Tex. Albo speciale 12
JM- En los noventa inició su etapa en Tex para Sergio
Bonelli, ¿cómo surgió la oportunidad para trabajar para Italia? ¿Cómo fue la
relación profesional con Mauro Boselli? ¿Volvería a trabajar en Tex u otro
personaje de Bonelli?
AF- Sergio Bonelli vino a verme en uno de los Salones del
Cómic de Barcelona. Me ofreció la posibilidad de hacer un Texone, un álbum de
muchas páginas y acepté. Con ese álbum conocí al guionista Mauro
Boselli, con el que mantengo una buena relación amistosa. Hasta hoy he dibujado
ya unos cuantos álbumes de Tex.
L'ultima missione, último Tex por Font
JM- Entre los álbumes aún por publicar, se encuentra la
historia juvenil El refugio de los sueños serdidos, ¿qué nos puede contar sobre
esta historia? ¿A quién va dirigida?
AF- Hace unos años decidí volver a escribir mis propios
guiones, pero esta vez con total libertad y sin pensar en la comercialidad del
producto. Quería hablar de las cosas que me interesaban y dar mi opinión
sobre ellas. Los relatos cortos me permitían hablar un poco de cada uno
de esos temas, como los prejuicios, la ignorancia, el racismo, la violencia, el
militarismo, la religión, etc. Así me pasé un par de años escribiendo y
dibujando El refugio de los sueños perdidos, título que tiene su razón de ser
por la urdimbre que une todos los relatos.
El refugio de los sueños perdidos, páginas 2 y 7
El resultado fue que ningún editor quiso publicar este
álbum. Tan sólo una editora suiza dio una razón: “unos dibujos preciosos, pero las historias son demasiado
inteligentes para nuestros lectores”. Que un editor piense eso de sus
lectores es como para mandarlo todo a paseo. Da pena, porque además no es
verdad, está al alcance de la comprensión de cualquiera que sepa leer.
El refugio de los sueños perdidos. Cubierta
JM- En los últimos años ha trabajo para SAF Cómics (para
Ervin Rustemagic), ¿qué proyectos tiene para ellos? ¿Qué títulos próximamente
tienen en mente recuperar? Y, ¿de cuál de ellos se siente más orgulloso?
AF- El refugio de los sueños perdidos fue el primer trabajo
que hice para SAF. Previamente le pasé todo el material antiguo y que él, Ervin
Rustemagic, se encarga de vender internacionalmente. Ahora estoy terminando el
tercer libro de Aloma (serie que publicará en 2023 cARTEm Cómics, junto con El prisionero
de las estrellas) unas historias sobre el mundo del arte y la falsificación de
obras, el blanqueo de dinero y alguna cosa más. En cuanto a la pregunta sobre
cuál de mis personajes me siento más orgulloso, me niego a contestar. Quiero a
todos mis hijos por igual, cada uno en su momento y con su carácter.

JM- En abril ECC recopila todas las páginas de Clarke &
Kubrick, ¿qué nos puede decir de la obra? ¿Qué se va encontrar el lector? ¿Por
qué la recomendaría?
AF- Pues se va a encontrar con eso, con todas las páginas de
esos dos personajes y algo más, y si usted está deprimido, tiene penas de
amores, se siente triste o está aburrido, léase ese integral y se olvidará de
todo durante un buen rato.
Clarke &
Kubrick
JM- ¿Volvería a dibujar una nueva historia de Clarke &
Kubrick?
AF- ¿Por qué no? La idea de salvar al mundo, o destruir el
universo entero en sólo 46 páginas, por la acción de esos dos “especialistas”, siempre resulta
agradable.
JM- Muchas gracias por sus palabras.
AF- No hay de qué darlas. Un saludo para todos.