Entre los aficionados a los tebeos, siempre se comenta que si tal historia es buena, que bien estaría que se publicara en nuestro país, y si es de ese autor mejor, pero a veces las dificultades para las editoriales por conseguir los derechos y los materiales de una obra no son nada fáciles en ocasiones, ni un camino de rosas. Sobre todo si ese material no se ha reeditado nunca, y se deben buscar las páginas originales e impresas para hacer una edición realmente interesante. Aun estando disponible el material para publicar, puede que no sea del gusto de todos y no se venda lo suficiente, conllevando un riesgo su publicación. En el caso de Cartem Cómics, decidió apostar por la afamada historia de La guerra de Charley, de Pat Mills y Joe Colquhoun.
Una apuesta que ha tenido el éxito de ventas merecido, con una obra antibelicista situada en la I Guerra Mundial, que tenía muy buenas críticas desde su país de origen, Gran Bretaña, y que fue publicada en la revista Battle Action entre 1979 y 1986. Su protagonista es un joven inglés de clase obrera llamado Charley Bourne, el cual arriesga su vida por unos ideales a la edad de 16 años. Alistándose (mintiendo sobre su edad) al ejército, para luchar en el Frente Occidental en 1916, sin saber que lo que en le espera en las trincheras, en primera línea de combate frente a unos belicosos alemanes.
Una historia que comienza con la llegada a Francia de Charley, en junio de 1916, en el que se las prometía muy feliz contra los “jerries” (como llamaban los británicos a los alemanes), unas semanas antes de la gran batalla de Somme. En la que los alemanes deberían luchar contra los “tommies” (como llamaban los alemanes a los británicos). Muy pronto descubrirá lo que es encontrar un compañero muerto, sufriendo en sus carnes a los tiradores alemanes, teniendo que rescatar algún que otro corredor (con noticias u órdenes) de las garras de la muerte. En el trascurso del combate, algunos compañeros se meterán con Charley por tener pocas luces, algo que a medida que avanza en la guerra irá cambiando, madurando a la fuerza, ante la intensidad de las duras experiencias que le toca vivir. Los traumas están al borde de la calle, como la de su compañero al que apodan “El abuelo”, que perdió a su mujer, y ahora a sus dos hijos en la guerra.
Entre historia e historia, vemos como Charley escribe a su madre o a su tía Mabel, idealizando la guerra y por lo que está pasando; mientras que su madre le manda algo de comida y le dice que tenga cuidado. O de como su hermano Wilf, le echa de menos y quisiera estar con él, dándoles guerra a los jerries. Nada es lo que parece, su vida está en constante peligro por los alemanes, con los diferentes gases venenosos, que dejan mal parado a más de un compañero. Los continuos bombardeos a las trincheras, o las contraofensivas mantendrán en alerta constante a nuestro héroe. El castigo de las ametralladoras alemanas traerá de cabeza a los ingleses, y estos a los alemanes con la llegada de los primeros tanques, los Mark 1: unas máquinas de guerra con las que se quedaran noqueados durante un tiempo. Un toma y daca en la que Charley se verá envuelto en una locura, hasta el punto de sufrir las órdenes contradictorias de cierto mando autoritario. Así como la llegada del inepto de su cuñado, que no quiere más que ser herido, para regresar a Inglaterra como un héroe, y salvar la vida, ante el asombro de Charley. Sin olvidar que aún existe cierta camaradería entre compañeros, como Pelirrojo o Solitario, y por los que merece seguir luchando por sobrevivir a una guerra sin sentido, y llena de estupidez.
Pat Mills construye en La guerra de Charley, una historia emotiva, con toda la crudeza que puede representar una guerra. En las que mantiene la tensión narrativa en apenas tres páginas (o cuatro) que dura cada entrega. Historias muy bien documentadas, rigurosas y exhaustivas, a la hora de contar el fracaso humano de librar una guerra, sufriendo en alguna que otra ocasión la censura del propio editor. En relación con el dibujante, Joe Colquhoun, Mills, apenas hablaba con él por teléfono, hasta el punto de que nunca se reunió para el desarrollo de la historia. Algo que no impidió que Colquhoun supiera plasmar de forma sublime los guiones que le encargaba, pues el propio dibujante era un veterano de la II Guerra Mundial, que sirvió en la Royal Navy. Su trabajo gráfico es espectacular, en todo tipo de detalles: en la forma de plasmar la angustia de los personajes y en el desarrollo de la acción en sus páginas.
Hay que añadir la cuidada edición de Cartem Cómics, con un tomo en el que se nota la voluntad de la editorial por marcar el camino de cómo deben publicarse este tipo de obras. Con suerte, el siguiente volumen lo veremos para noviembre de este año, y su volumen final quedaría ya para el año 2025.
Sinceramente La guerra de Charley es una auténtica joya, una obra maestra, que a medida que avanzamos en su lectura, no para de sorprendernos. Una lectura para recordar, disfrutar y guardar por mucho tiempo en nuestra memoria.
La guerra de Charley. El chico soldado
Guion de Pat Mills
Dibujos de Joe Colquhoun
Prólogo de Pako Domínguez
Colección Clásicos
Cartoné, 320 páginas, 21 x 27,6 cm, b/n y color
Traducción de Víctor García de Isusi
PVP: 39,95 €
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