viernes, 30 de agosto de 2024

Lecturas: ¡Combate!, de Aitor Marcet

 

Los dibujantes españoles desde tiempo inmemorables, han tenido que trabajar fuera de España para ganarse el pan, y labrarse una carrera profesional. Hoy día en un porcentaje muy elevado, continúa siendo así la situación, con una precaria industria nacional, que apenas puede ofrecer trabajos que reporten un salario digno, para las tan populares novelas gráficas tan de moda. Rememorar el pasado y la historia de nuestros dibujantes es un acto de justicia, para afrontar el futuro de una profesión y el legado de cientos de dibujantes que trabajaron para el mercado británico. Es ahí donde entre el especialista Aitor Marcet (Toutain, un editor adelantado a su tiempo), nos brinda un nuevo trabajo, ¡Combate! Un libro lleno de documentación, con testimonios de algunos de los dibujantes que trabajaron para el cómic bélico. Principalmente para editoriales como la inglesa IPC Fleetway o la escocesa D.C.Thomson, siempre desde el anonimato autoral. Una gesta que estos autores completaron con una gran profesionalidad, dentro de un mercado, en el que también se publicaban cómics románticos, humorísticos o de ciencia ficción, y que luego llegaban a España en diversas publicaciones nacionales con diferente suerte. Es ahora cuando Marcet, nos adentra en las diferentes revistas que alcanzaron tiradas extraordinarias, donde los nuestros contribuyeron a expandirse y a popularizarlas como nunca.

Una monografía que comienza con un excelente prólogo de Antonio Martín, y otro del propio Marcet, en el que analiza la plasmación de la guerra en las diferentes culturas, y formas, a través de sus obras. En el que el papel del cómic jugó un papel muy importante, para favorecer la comprensión de lo sucedido, como en el caso de la Segunda Guerra Mundial. Un gran número de publicaciones bélicas que surgieron a raíz de dicha contienda (con una popularidad desbordante), es ahí donde encontramos las bibliotecas de bolsillo como Comando o las Picture Library y diferentes tebeos semanales.

Un libro que nos relata desde los inicios de publicaciones como The Boys of England, de 1866, y lo que vendrías después, hasta la carestía del papel de 1940, y el sentimiento patriótico que invadieron todas las publicaciones británicas. A lo que hay que sumar la edad de oro de las publicaciones entre finales de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta, como Eagle, con 750.000 ejemplares semanales (una barbaridad para aquella época). Dicha demanda de cómics bélicos, motivó la llegada de nuevos dibujantes fuera de las islas, desde Italia, como Gianlugi Coppola o Hugo Pratt, y como no, de España; autores como Amador García, Martín Salvador o Ramón de la Fuente. Dibujantes que en buena medida procedían de agencias, del tipo de Studio Creazione D’Ami, o Bardon Art, con Barry Coker (editor en sus inicios de Cowboy Picture) y Jordi Macabich al frente. Además de Selecciones Ilustradas, Creaciones Editoriales (agencia de Bruguera), The Ilustrated, StudioOrtega o Interpubli. Dibujantes a los que se sumaron portadistas del nivel de Jordi Penalva, Manuel Sanjulián, Antonio Bernal, Jorge Longarón, Ricardo Sanféliz o Fernando Fernández.

Tosas estas publicaciones iban sin autoría, pues los editores no dejaban a los dibujantes firmar sus páginas. Las condiciones económicas eran muy favorables, pero como contrapunto, muchos de los guionistas habían estado en la Segunda Guerra Mundial, exigían una total precisión a la hora de dibujar las insignias, condecoraciones, modelos de armas, trajes o maquinarias de guerra. Con lo que más de un autor y no pocas veces, hubo de repetir tal página o viñeta.  

De la misma manera en los años setenta hubo una nueva generación dibujantes británicos, como Dave Gibbons, Brian Bolland o John Burns, así como autores españoles que entraron en la mítica revista 2000AD, como Carlos Ezquerra, Jesús Redondo, Carlos Pino o José Ortiz, con un talento más que contrastado, que asombraron al lector británico. Un hecho que hizo que con los años, una buena parte de los estudiosos británicos, como Steve Holland, David Roach, Justin Marriot o James May, desgranarán la autoría de aquellas publicaciones. 

Hay que mencionar también que entre 1961 y 1968 en España se editaron más de 400 revistas dedicadas a la serie Combate por la editorial Ferma; todo un hito para este tipo de publicaciones de corte bélico. Justo en un capítulo en el que Marcet, analiza el estilo de los autores españoles, incluyendo a Jordi Bosch Penalva, que realizó nada menos que más de 200 portadas.  

En la parte final del libro, se entrevistan a autores que trabajaron para Inglaterra en aquellos años. Dibujantes como Vicente Alcázar, Carlos Pino, Amador García, Josep Nebot; López Espí, Luis Collado, Isidre Monés, Manuel Benet, además del especialista Steve Holland. Todos ellos cuentan su paso por aquellas revistas, sus técnicas de dibujo o su evolución en el medio.

El libro está profusamente ilustrado, con imágenes muy bien reproducidas, de calidad, y con el añadido de ese toque beige de las páginas de las revistas, que tan bien ha diseñado Isa Márquez. La edición la completa una edición facsímil del Picture Library nº 97, de Fernando Fernández en sus comienzos, para hacernos una idea de las publicaciones que generaron tanto lector.      

Solo puedo decir que ¡Combate!: Artistas españoles en la edad dorada del cómic bélico británico, es un gran trabajo llevado a cabo por un Aitor Marcet en estado de gracia. Todo un entusiasta de estos autores españoles, que bien merecen un homenaje tras tantos años de silencio, y de ser condenados al olvido. Doy fe que la lectura del libro han superado todas mis expectativas, y seguramente las del futuro lector que se acerque a él ¡No les defraudará!    

¡Combate!: Artistas españoles en la edad dorada del cómic bélico británico
Textos de Aitor Marcet
Prólogo de Antonio Martín
Incluye edición facsímil War Picture Library nº 97
El perdedor se lleva todo (Fernando Fernández)
Rústica, 136 páginas, 20,5 x 26,5 cm, color y b/n
PVP: 29,95 €

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