viernes, 12 de septiembre de 2025

Lecturas: Santuario, de Sho Fumimura y Ryoichi Ikegami

El manga tiene una diversidad de temas y autores de toda índole, que tiene encandilado a los lectores más jóvenes y más veteranos. Uno de mangakas que llevo siguiendo desde hace más de treinta años, con devoción y asiduidad entre sus publicaciones, es la del maestro japonés Ryoichi Ikegami (Fukui, 1944). Fue en el caso de la publicación de los primeros mangas de Planeta en 1992, con Crying Freeman (que partía de la edición en inglés de Viz Cómics), cuando descubrí a este estupendo y detallista autor. A lo que le siguieron títulos como Santuario, Mai, o Strain. Es ahora veinte años después de la edición de Santuario de Otakuland, cuando Planeta Cómic, retoma la serie, en seis volúmenes integrales. Un manga que narra la historia de yakuzas, y políticos corruptos, entrelazados con el crimen organizado, en una trepidante historia sin igual.

Un manga ambientado en Tokio, que tiene como protagonista al yakuza Akira Hôjô, el cual recibe la llamada de un fotógrafo, diciéndole que tiene una foto comprometida del diputado Sakura (al que había encargado seguir), con una joven. Este va recoger la foto, poniendo en situación al fotógrafo, para que se olvide de ello. La cual puede impedir el ascenso de dicho político, si no accede a los deseos de Hôjô, y una gran suma de dinero. Algo que rechaza el diputado, interponiéndose su secretario Chiaki Asami, enfrentándose al enviado por Hôjô.

Entre medias, tendremos a una nueva vicecomisaria de la comisaria de Roppongi, Kiôko Ishihara, una superintendente de tan solo 27 años. Ha venido a conocer Hôjô a su casino, algo que no tenía previsto el yakuza, pero que finalmente acaba por acceder a verla y tomar algo en la barra del bar. Cayendo esta desmayada y despertándose desnuda al día siguiente, con la sabana manchada supuestamente de sangre. Nada más lejos de la realidad, le ha gastado una broma de mal gusto, pues es zumo de tomate lo que impregnaba la sábana. Ante esa afrenta, y sabedora de lo sucedido, se promete a si mismo matarlo. 

La idea Akira Hôjô, es acabar con toda la elite política, para renovarla por gente joven, aunque tenga que sacrificar gente en el camino y tontear con la hija del diputado. Un turbio asunto que tendrá relación con dos de los protagonistas, y un antiguo refugio en Tailandia de camboyanos.            

Estamos ante un guion de Sho Fumimura intrigante, en el que mantiene el suspende de los acontecimientos, con ciertos toques eróticos. Un aspecto que se repite durante varios momentos del Seinen, que aporta si cabe una historia de alto voltaje en todos los sentidos. En cuanto al dibujo de Ryoichi Ikegami que más se puede decir, que aparte de ser un genio del manga, dibuja como los ángeles. Su trazo es muy característico con tan solo ver algunas páginas.

Este es el primer volumen de seis que completan Santuario. Un manga con mayúsculas que ha tardado en verse publicado como se merece, y que Planeta está llevando a buen puerto. Una historia que te enganchara desde el inicio.

Santuario 1 (de 6)
Guion de Sho Fumimura 
Dibujos de Ryoichi Ikegami 
Rústica con solapas, 464 páginas, 15 x 23 cm, b/n
Traducción de Marc Bernabé
PVP: 22€    

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