Lecturas: Nathanaëlle, de Charles Berberian y Fred Beltran

Entre los últimos trabajos que podemos encontrar de Charles Berberian (El señor Jean) en nuestro país, encontramos un nuevo álbum diferente hasta ahora en su carrera. Un trabajo que se adentra en el mundo de la ciencia ficción, cercano al steampunk, que lleva por título, el nombre de la protagonista, Nathanaëlle. Una distopía futurista a la que se une en el apartado gráfico Fred Beltran (Los Tecnopadres, Megalex). Un dibujante que regresa a la BD tras unos años alejado de la historieta, con más fuerza si cabe, con un dibujo excelente, complementándose a la perfección con Berberian. Gracias a Ponent Mon/Catarata ve la luz esta interesante obra en el que se  debate el futuro de la humanidad.

 

Una historia que comienza en medio de un intercambio de disparos entre las fuerzas gubernamentales, y la familia que recoge del subsuelo a Nathanaëlle. Dicha familia está formada por un robot llamado Melville, que hace café Moka continuamente, su hijo Vivier, y su esposa Shirley; la cual que muere en el intercambio de fuego enemigo. Tras este planteamiento, seremos testigos de la vida anodina que lleva esta familia, la de un padre cuya conciencia se encuentra dentro de unos circuitos, evitando así la muerte total de su ser. Ellos viven en la superficie, mientras que una gran parte de la población vive en el subsuelo, refugiados de una epidemia (de un supuesto apocalipsis) de la que creen ser víctimas todavía. Más arriba, no solo siguen con su vida, sino que el padre de Nathanaëlle, el gran sabio Tàbor VI (cuyo rostro toma prestada la cara de Edgard Allan Poe), quiere ser reelegido por séptima vez, para dirigir el destino de la humanidad; para lo que deberá someter su propuesta ante el consejo de vigilancia. Un consejo donde se analiza uno a uno sus logros durante los pasados años de mandato, y la nueva propuesta, que consiste en la creación del genoma de regenerescencia. Un punto que no convence a todos los presentes en el conclave. 

Nathanaëlle, ajena a todo esto, deja plantado a su compañero del subsuelo, Jiro, harta de aguantarlo, y se dirige a la superficie. Entre mareos y desvanecimientos, dará con Melville, que la protegerá de la orden de código de erradicación a la que quiere someterla su padre. Un padre que la sometió a una transformación en su ojo izquierdo con cuatro años, y que la marcaría de por vida.  Lo que a continuación surge, es una rebelión de la capa social más baja del subsuelo, gracias a Nathanaëlle, que puede acabar con el poder establecido. 

En la historia de Charles Berberian hay sin duda una crítica al poder establecido, en la forma en que tratan a la gente de a pie. En la que emplea cierto humor e ironía para desvelar las miserias de esa sociedad futurista, que no es tan lejana a la nuestra en ciertos aspectos. Acompañado de unos diálogos sobresalientes que nos hacen sonreír, gracias el ingenio del guionista galo, como en algunas de sus obras más reconocidas junto con Philippe Dupuy. 

En la parte gráfica, Beltran realiza su cometido a la perfección, la de transmitir esa sociedad futurista, con unos bellos dibujos, y a la vez tan originales; cuyas ilustraciones nos recuerda a ciertos tonos metálicos, y a unos personajes un tanto estrafalarios. Eso unido al color tan fantático, hacen de la obra un título visualmente muy atractivo nada más ver sus primeras páginas. 

El álbum además contiene una serie de extras, bocetos, ilustraciones a color, y varias nuestras del proceso creativo gráfico, que vienen a completar este álbum editado con tanto mimo y acierto, dentro la línea europea del editor. 

En definitiva, estamos ante una historia que gustará a los amantes de la ciencia ficción, y que nos deja con ganas de saber más de ese mundo en el que Nathanaëlle sobrevive a duras penas. A pesar de la gran mentira en el que se ha visto inmersa la sociedad, gracias a unos gobernantes corruptos. 

Nathanaëlle, de Charles Berberian y Fred Beltran
Cartoné, 112 páginas, 21,6 x 28,6 cm, color
Traducción de Fabián Rodríguez
PVP: 25 €