En estos tiempos en el que todo el mundo va acelerado con el trabajo, la familia, la inmediatez del móvil y las redes sociales, poco es el tiempo que le queda a uno para reflexionar y tomarse un momento para pensar y recapacitar. De esa manera, el estrés es uno de los males enquistados en nuestra sociedad, entre otras preocupaciones diarias, que cada uno debe solventar. El mundo del cómic no es ajeno a ello, y la propuesta del francés Jim (Thierry Terrason, Niort, 1966) con Detox, viene a ser un claro ejemplo de lo expuesto anteriormente, en un díptico publicado por Cartem Cómics. La obra de un autor intimista, de relatos cercanos (como el álbum de hace unos años, Una noche en Roma), que en esta ocasión se asocia con el italiano Antonin Gallo (realizando en el álbum los fondos y el color). El resultado, una obra de lo más interesante, en el que se refleja una sociedad deshumanizada, donde se olvida lo importante de la vida.
Una historia protagonizada por un directivo de una empresa llamado Matthias d’Ogramont, casado, con dos hijos, el que su día a día no tiene para él 24 horas, sino más todavía. Nuestro protagonista cuenta con una asistenta llamada Victoria, para todo lo que haga falta. Hasta que durante una reunión de empresa, le recuerdan su cita con el médico y el chequeo anual. Al acudir a la cita, el médico le recomienda que deje de fumar y beber, entre otros excesos, si no quiere sufrir un ACV (accidente cerebro vascular), sin hacer caso alguno a las recomendaciones. Más bien se regodea que le gusta su forma de vida y ganar mucho dinero, así como algún que otro escarceo con su asistente. Llegando tarde a su domicilio y afectando a su vida conyugal, incluso su mujer le avisa de que pueda quedarse viuda sin ella quererlo. Todo parecía ir rodado, hasta que al día siguiente, durante una reunión, encuentran a Victoria inconsciente en el despacho, había sufrido un ACV. Un momento muy difícil que afecta a Matthias.
En ese instante, Matthias se sintió noqueado y bloqueado, decidiendo poco más tarde, apuntarse a un curso del que le habían hablado, Detox (libera tu esclavo interior), de desconexión total, y digital; para lo que tendrá que viajar desde París hasta la población Gigean. Necesita poner el contador a cero, e intentar salvar su matrimonio. Al entrar en el curso, ve a todo tipo de gente y condición, el primer paso será dejar el móvil, el coche y usar apenas veinte palabras al día para comunicarse. Las primeras impresiones no serán nada halagüeñas, debe estar solo en mitad del campo, y una botella de zumo de romero. Su contacto más directo y cercano será la de Adèle, una joven con la establecerá una cierta amistad, en medio de una crisis de ansiedad.
Estamos ante un trabajo en el que Jim no solo reflexiona sobre la vida actual que llevamos, si no que nos muestra lo que nos puede pasar, si no nos tomamos un tiempo para nosotros mismos. Sugiriendo que deberíamos ralentizar el ritmo, y de cómo puede llevarnos este, a encontrar una paz interior con uno mismo, en un periodo prolongado de aceptación que cuesta conseguir. Detox aparte de estar inspirado en hechos reales, está estupendamente ambientado, con unos dibujos sobresalientes, en el que la narración es fluida en todo momento. Eso unido al gran trabajo de Gallo, y esa paleta de colores suaves y cálidos, hacen de Detox una buena lectura, y un buen compañero de viaje.
He disfrutado mucho de la lectura de Detox, de una historia poco habitual de encontrar en la BD actual, y de la que creo que algunos de nosotros como lectores, podemos encontrar puntos en común. Jim siempre aporta cosas nuevas al lector, y este álbum sin duda es uno de ellos.
Detox
Guion y dibujos de Jim
Grises y fondos de Antonin Gallo
Prólogo de Diego García Rouco
Colección Súper BD
Cartoné, 176 páginas, 23,5 x 31 cm, color
Traducción de Inés Sánchez Mesonero
PVP: 38€


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